Para completar la SEMANA DEL LIBRO, el alumnado de 4 y 5 años del cole Miraflores, hemos salido de nuestro cole parar visitar la Biblioteca de nuestro barrio. Como ya somos mayores, hemos ido todos andando y hemos podido observar de cerca nuestro barrio: con sus tiendas, sus señales de tráfico… poniendo especial atención en los semáforos y pasos de peatones.
Al llegar a la biblioteca nos ha recibido una chica muy simpática que nos ha dado paso a la Biblioteca. Allí, nos ha acompañado y dirigido por toda la biblioteca para ver las distintas secciones que podemos encontrar.
Después, hemos conocido el aula de “la bebeteca”, una sala acristalada donde se encuentran los libros más infantiles de toda la biblioteca. Allí nos hemos colocado todos juntos en una gran alfombra azul y, la bibliotecaria nos ha contado cómo funciona la biblioteca.
Para ello, ha necesitado la ayuda de algunos “actores” que se encontraban entre nuestro grupo y también ha necesitado la colaboración de una papá y una mamá de los que nos acompañaban.
De esta forma hemos comprendido la mejor forma de entrar en una biblioteca, donde la norma básica es el SILENCIO, para respetar a todos los que se encuentran en ella, ya que hay gente que está leyendo y también estudiando.
Ahora también sabemos que la biblioteca nos presta libros y películas pero, para ello, debemos hacernos un carnet de biblioteca, que nos servirá para poder utilizarlo en todas las bibliotecas de Andalucía.
Hemos visualizado cómo están ordenados los cuentos infantiles en la sala “bebeteca”, correspondiéndose cada color a una edad determinada y en su correspondiente estantería.
Sabemos que hay libros informativos, revistas, cuentos, libros de animales, películas…. Y entre todos hemos concluido TODO lo que nos puede aportar un libro: sabiduría, emociones, inteligencia, experiencias, ideas, cultura…. Y un largo etc.
Y por fín llegó la hora que tantos esperábamos: la hora del cuento. Hemos visto un “cuentecito teatralizado” de la Gallina Pepa, la cuál vivía con su granjera y le encantaba comer avellanas. Era tan ansiosa comiéndose las avellanas que un día, se quiso tragar una demasiado grande y se le quedo atascada en la garganta, de manera que se estaba ahogando y necesitaba ayuda.
Su granjera preocupada, acudió muy deprisa hasta un pozo a ver si le podía dar agua. El pozo le dijo que le daría agua si le traía una cuerda de seda de la costurera cercana. La granjera tuvo que acudir corriendo hacia la costurera del pueblo y ésta le dijo que le daría la cuerda siempre que le trajera unos zapatos bonitos para irse a bailar. La granjera buscó a un zapatero que le dijo que le haría unos zapatos lindos si le traía un vasito de leche de la Vaca Nerea, ya que no había desayunado.
Cuando la granjera fue a ver a la vaca Nerea, la vaca le dio la leche con la condición de que le trajera buena hierba del prado para poder pastar. El prado pidió agua para poder ser más verde y la granjera pidió al cielo que, por favor, lloviera un poco. Y así fue que sucedió el milagro: el cielo mandó lluvia, que regó todo el prado verde, del cuál pudo pastar la vaca Nerea y, entonces, entregó un buen vaso de leche a la granjera que pudo llevárselo al zapatero que no había desayunado. El zapatero entonces entregó a la granjera unos lindos zapatos para que la costurera pudiera irse a bailar y, cumpliendo con lo acordado, la costurera entregó una cuerda de seda a la granjera, que acudió corriendo al pozo para que le diera agua y poder salvar a su gallina Pepa. Al fín, la gallina Pepa pudo tragarse la avellana y pudo salar su vida.
Su granjera preocupada, acudió muy deprisa hasta un pozo a ver si le podía dar agua. El pozo le dijo que le daría agua si le traía una cuerda de seda de la costurera cercana. La granjera tuvo que acudir corriendo hacia la costurera del pueblo y ésta le dijo que le daría la cuerda siempre que le trajera unos zapatos bonitos para irse a bailar. La granjera buscó a un zapatero que le dijo que le haría unos zapatos lindos si le traía un vasito de leche de la Vaca Nerea, ya que no había desayunado.
Cuando la granjera fue a ver a la vaca Nerea, la vaca le dio la leche con la condición de que le trajera buena hierba del prado para poder pastar. El prado pidió agua para poder ser más verde y la granjera pidió al cielo que, por favor, lloviera un poco. Y así fue que sucedió el milagro: el cielo mandó lluvia, que regó todo el prado verde, del cuál pudo pastar la vaca Nerea y, entonces, entregó un buen vaso de leche a la granjera que pudo llevárselo al zapatero que no había desayunado. El zapatero entonces entregó a la granjera unos lindos zapatos para que la costurera pudiera irse a bailar y, cumpliendo con lo acordado, la costurera entregó una cuerda de seda a la granjera, que acudió corriendo al pozo para que le diera agua y poder salvar a su gallina Pepa. Al fín, la gallina Pepa pudo tragarse la avellana y pudo salar su vida.
Y COLORÍN COLORADO ÉSTE CUENTO SE HA ACABADO.
FOTOS SOBRE LA ACTIVIDAD
